Y es que larga vida es la que ya luce en su fuste este noble ejemplar. Me vais a permitir que (una vez más) no pueda evitar remitirme a algún recuerdo de infancia relacionado con ese árbol, la vida en un jardín y en medio de la naturaleza es así, se queda pegada a tus vivencias y a tus historias. Pues bien, el carballo (roble) de Santa Margarita (en la parroquia de Mourente, Pontevedra) está asociado a mis días de playa de la niñez. Recuerdo como en tantísimas ocasiones, este árbol me indicaba – al pasar en coche por su lado- que habíamos llegado por fin a destino, a Pontevedra, y que la playa estaba cerca. Siempre me sorprendieron las dimensiones de su tronco y la gran brecha que lo recorría, parecía sacado de un relato de duendes y hadas. Desde hace algunos años sé que forma parte del Catálogo de Árbores Senlleiras de Galicia, y mi admiración por él no puede ser mayor.

 

Así lo describen en la página de la Consellería de Medio Ambiente de la Xunta de Galicia:

«En su base un banco de piedra de grandes dimensiones se apoya en su fuste, inclinándose el tronco en esa dirección, pareciendo apoyarse en el banco. El fuste está abierto por la mitad, desde la base hasta la Cruz, mostrando una enorme brecha en la que se observa madera muerta y muchas galerías de insectos cerambícidos. La corteza está densamente recubierta por musgos y helechos. De la cruz, situada a 3,40 metros de altura sobre el suelo, salen dos grandes ramas que forman una copa de grandes dimensiones, más de 21 metros de diámetro, más ancha que alta, que cruza la carretera de acceso a la capilla. Su estado de conservación y sanitario es bastante deficiente, pero está vigilado y cuidado. En el pasado se le aplicó cirugía arbórea y se le colocaron tensores para evitar desprendimientos. La pavimentación de la plaza en la que crece, sin dejar suficiente espacio en la base del árbol, contribuye a su deterioro. En años húmedos es atacada por el oídio. En sus proximidades había una fuente milagrosa, en la que se lavaban los leprosos con la esperanza de limpiarse y curar. El roble es testimonio viviente de lo que fue una gran carballeira, conocida con el nombre de “Carballeira dos Gafos”, es decir, de los leprosos».

Actualmente su altura es de 18,40 metros. Posee un perímetro normal de 8,50 metros y un diámetro de copa de 21,35 metros. Se estima que su edad se encuentra entre los 500 y los 800 años.

Todavía hoy, varias veces al año, lo visitamos. Ahora me detengo de vez en cuando allí, e intento que mis hijos lo conozcan de cerca,  guardando la esperanza de que este carballo pase a formar parte también de su memoria. Por ello, y aún sabiendo que sus problemas de salud no son pocos, deseamos larga vida (aún más) al Carballo de Santa Margarita!

Fuente imágenes: www.monumentaltrees.com

Comentarios

  • Roberto
    Responder
    agosto 15, 2017

    Somos muchos los que compartimos la admiración y cariño a este arbol centenario. Siempre es agradable saber que el carballo de Santa Margarita no quedarà en el olvido, ya que que està en el recuerdo de todos nosotros. La familia Taboada Puig también le deseamos larga vida.

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