«Las últimas palabras las dijo Narciso mirando al agua una vez más: «¡Ay, muchacho vanamente amado!», y el lugar le devolvió todas las palabras; y cuando le dijo:«¡Adiós!», Eco lo repitió. Extenuado, dejó caer su cabeza sobre la verde hierba, y la noche se cerró sobre sus ojos, que aún admiraban la belleza de su propio dueño; y aun después de haber llegado al mundo infernal, siguió mirándose en las aguas estigias.»
( Ovidio, Metamorfosis)

 

Eco y Narciso, por John William Waterhouse

 

Muchos de nosotros conocemos el mito de Narciso y Eco tal y como se describe en la Metamorfosis de Ovidio. Si no es así, seguro que conocemos la historia aunque sea de oídas. Pero, y de esa planta, ¿qué sabemos del narciso? Hoy os contaremos algo sobre ella, dejando para otra ocasión el post mitológico.

El género Narcissus, perteneciente a la familia Amaryllidaceae es originario de la cuenca mediterránea, aunque también existen especies en otras partes de Europa, e incluso Asia Central y China. En la península ibérica se han llegado a encontrar unas 30 especies, algunas de ellas muy escasas.

 

 

La mayoría de las especies de Narcissus son bulbosas y florecen en primavera. La duración de su parte aérea es breve, a penas se deja ver unos 20 días, luego se marchita y desaparece. Su aspecto suele ser muy delicado. Sus hojas son largas y estrechas, acintadas, planas o acanaladas… Parecen arquearse con el peso de las flores, a veces perfumadas, y de colores blancas, amarillas o crema, colgantes, solitarias o en grupo y sujetas por un largo pedúnculo.

 

Si deseáis tener narcisos en vuestro jardín debéis saber que sus bulbos han de plantarse en otoño, separados entre sí unos 10 centímetros. Prefieren climas suaves y suelos húmedos, fértiles y bien drenados. Les favorece una exposición soleada o de semisombra. Y un dato interesante: es bueno abonar después de la floración y cortar las flores marchitas dejando las hojas hasta que se sequen por completo. Éste será el momento idóneo para recoger los bulbos y guardarlos en un lugar oscuro, seco y fresco hasta el otoño siguiente. Si dejamos los bulbos en el suelo, con los años irán multiplicándose por sí mismos.
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Lo maravilloso de los narcisos es que cuando ya casi te has olvidado de que están ahí, aparecen «por sorpresa», regalando su color y «gracia» a nuestros jardines y al paisaje.
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Y hablando de paisajes, debéis saber que en Galicia están presentes cinco especies de narcisos: Narcissus triandrus subsp. triandrus, Narcissus bulbocodium, Narcissus pseudonarcissus, Narcissus asturiensis, Narcissus cyclamineus. Las tres últimas son consideradas «vulnerables» en el Catálogo Galego de Especies Ameazadas. De ellas os hablamos en el post Narcisos en Galicia.
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Fuente dos últimas fotografías: Narcissus cyclamineus en http://www.gbif.org y Narcissus poeticus en http://worldoffloweringplants.com

 

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