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Un cuaderno de campo es un block en donde su autor o autora recoge todo tipo de observaciones. Un buen ejemplo es lo que nos ofrece Julia Rothman con su Cuaderno de naturaleza. Secretos y curiosidades del mundo natural (Editorial Errata Naturae): anotar todos aquellos detalles que le sorprenden de sus paseos por Prospect Park.
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Conociendo Prospect Park
Es un parque público de la ciudad de New York situado en Brookyn. Fue diseñado en 1850 por los mismos paisajistas de Central Park, Frederick Law Olmsted y Calvert Vaux, quienes quisieron recrear en ese lugar el ambiente de una campiña inglesa. Para ello, y partiendo de Long Meadow, fueron plantando diferentes especies de arbolado (hoy existen más de 200 en 30.000 ejemplares) y creando también distintos ambientes. Entre ellos, un lago artificial en el que se encuentra una reserva natural de aves acuáticas, Duck Island. Sus responsables velan porque haya un equilibrio entre la vida silvestre y la urbana. Intentan conservar los hábitats naturales del parque supervisando áreas acuáticas y boscosas, supervisando también los árboles desde el sistema de raíces hasta las copas, eliminando plantas invasoras e introduciendo miles de especies de arbustos, flores y árboles nativos cada año.
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Cuaderno de naturaleza
Saber que este libro concierte a un parque con semejantes características, con toda seguridad, provocará que os apetezca mucho más descubrir lo que la autora recoge en sus notas. Como en todo cuaderno de naturaleza, esta obra nos ofrece una visión muy particular de aquella persona que lo escribió e ilustró. No olvidemos que además de enriquecer nuestros conocimientos en materia de naturaleza, un cuaderno así también puede hacerlo en nuestra forma de mirar, o en todo lo que podemos descubrir de un entorno natural diferente (en mayor o en menor medida) al nuestro. Son muchísimos los detalles de todo tipo que esta autora nos revela y en los que quizás no habíamos reparado antes. Las ideas esbozadas y detalladas por esta ilustradora estimulan incansablemente nuestra curiosidad… partiendo, precisamente, de la curiosidad original que la movió a ella. Julia Rothman quiso conocer mejor su parque y pintarlo a partir de todo tipo de detalles agrupados en siete capítulos. Así su cuaderno de notas se detiene en el ciclo de las rocas, una puesta de sol, la anatomía de un helecho o el ecosistema de un estanque, por mencionar algunos ejemplos.
Si bien, y como suele ocurrir, quizás sean las palabras de su autora las que mejor definan su propuesta. Es así como Rothman nos lo explica: «Ha llegado el momento de que te hagas caso a ti mismo. Siempre repitiéndote que tienes que salir más a la montaña, que ya es hora de apagar las pantallas que te tienen obnubilado. Si puedes, observa el cielo esta noche, pero si la contaminación lumínica te lo impide, no te preocupes, en las páginas de este libro tienes estrellas. Y también un poco de bosque, de mar y de volcanes. De líquenes y minerales. De tipos de plumas y cantos de aves. De peces asombrosos y medusas bellísimas. Y serpientes, osos, hormigas, mariposas… El alucinante despliegue del mundo natural desde lo más minúsculo, como el tardígrado que habita el musgo, hasta lo más inmenso, como las fases de la Luna…»
La función que finalmente cumple una obra tan especial como esta, es la de descubrir un espacio natural a través de los ojos de su autora. Nos convertimos en acompañantes desconocidos de aquella, y disfrutamos de todos aquellos detalles que ella pone en nuestro conocimiento. Un relato intermitente y minucioso en el que las hermosas ilustraciones de su creadora (como ya hemos mencionado, Julia Rothman es, sobre todo, una ilustradora de prestigio) abren una delicada ventana literaria desde la que nos asomamos a un parque tan extraordinario como el de Prospect Park.
Buen viaje.