Con cada estación del año se aplican diferentes tipos de mantenimiento a los espacios verdes municipales, algunos de ellos llevados a cabo «por tradición» sin pensar en los aspectos negativos que llevan asociados. Si hace algunos meses os hablaba de los desbroces en el artículo Las malas hierbas, ahora llega el turno de las podas en el arbolado urbano, ¿o debería decir mutilaciones?

Durante los últimos días estoy viendo cómo los árboles de mi entorno se convierten en raras piezas «escultóricas». Troncos desnudos de nula belleza estética, a partir de los cuales, entrada la primavera, surgirán ramas transformándolos en una especie de plumero.

 

 

 

 

¿No se ha convertido esto en una práctica demasiado habitual en nuestros pueblos y ciudades?

No voy a entrar detalladamente en el tipo de podas necesarias en los árboles urbanos ni de qué especies se deben elegir según su futura ubicación. Existen numerosos artículos técnicos donde se nos informa minuciosamente sobre estos temas (en Galicia contamos con la Asociación Gallega de Arboricultura que, en caso de duda, os podrá asesorar). El objetivo de este post es dar visibilidad a un grave problema que vemos todos los años en nuestro entorno y que, quizás, por ser una práctica tan general, se da por bien hecha sin pensar en los efectos negativos de la misma. Como siempre, actuamos en función de una estética y una pulcritud que a día de hoy carece de sentido. Las ramas (con sus hojas) son preciosas, ni manchan ni (en la mayoría de los casos) estorban.

 

 

Dicho esto, otro aspecto importante que a veces lleva a confusión: los árboles urbanos no pueden tratarse de igual manera que los forestales y los frutales. Las podas deben ser totalmente diferentes porque su objetivo también es distinto, así como los beneficios que nos aportan.

 

Beneficios de los árboles urbanos.

Hablamos de beneficios sociales, psicológicos, ambientales y económicos que influyen directamente en nuestra salud física y emocional. Algunos de ellos son los siguientes:

  • Los árboles fijan Co2 y partículas contaminantes del aire, el suelo y el agua.
  • Disminuyen, de igual manera, la contaminación auditiva y visual.
  • Reducen la erosión y compactación de nuestros suelos.
  • Regulan la temperatura, ofreciéndonos sombra y refrescando el ambiente.
  • Son un refugio para la biodiversidad en nuestros barrios.
  • Aportan belleza y calidad de vida.
  • Aumentan el valor económico de los vecindarios o propiedades donde se encuentran.

 

Debemos saber que…

Las podas, salvo alguna excepción, deben ser ligeras, eliminando las ramas muertas, dañadas o enfermas. En algunos casos puede ser necesaria una reducción, aclareo o levantamiento de copa ( por ejemplo en el caso de que ese árbol suponga un riesgo para el tránsito de los coches o peatones), pero como ya he mencionado, no de manera drástica. Salvo en ocasiones muy puntuales, la intervención debe ser mínima. De otra manera, reduciríamos los beneficios que ese árbol nos aporta.

Aclaro, por si fuera necesario, que no estoy en contra de las podas, sino que defiendo la utilización de éstas de manera racional, cuando de verdad son necesarias.

 

 

Actuaciones desaconsejadas.

La práctica generalizada de reducir drásticamente el tronco y las ramas principales de los árboles (desmoches y despuntes) son una de las causas principales de su enfermedad y muerte. No podemos olvidar que los cortes son heridas que debilitan el árbol. Si éstas son abundantes y/o están mal cicatrizadas, permitirán la entrada de bacterias y hongos aumentando el riesgo de pudrición y acortando la vida del árbol.

 

 

 

 

Los árboles ornamentales son seres vivos. Si deseamos comenzar a cambiar el mundo que nos rodea (un cambio muy necesario sobre todo ahora que nos llegan tantas noticias negativas sobre el clima) podemos empezar por aquí, intentando erradicar prácticas culturales innecesarias y mostrando a nuestra familia y amigos una nueva manera de mirar y actuar (en verde!).

¡Denunciemos, entonces, este tipo de actuaciones!

 

 

NOTAS:

La última fotografía pertenece a una avenida en la ciudad de Barcelona. Fuente: El País.

Las imágenes de los árboles podados han sido tomadas en O Carballiño.

 

Otros artículos relacionados:

Las malas hierbas.

A propósito de la restricción de acceso a la playa de las catedrales.

 

 

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