Si en mis últimos artículos os hablaba de jardines históricos, hoy voy a hacerlo sobre un “jardín” contemporáneo, pero que hace historia: el parque de A Xunqueira. Sus 7 hectáreas se ubican en la periferia de la ciudad de Pontevedra, junto al tramo final del río Lérez, un espacio natural protegido bajo la figura de LIC – Red Natura 2000. Pero ésta no es la única característica que lo hace peculiar. También conocido como Illa das esculturas, el parque es un museo de land art de primera categoría. Posee 12 piezas creadas por artistas de renombre integradas en la naturaleza que las rodea y que evolucionan con ella. Me gustaría centrarme especialmente en una de ellas: “Línea de Pontevedra” de Richard Long.
El artista británico Richard Long (Bristol, 1945) es uno de los principales representantes del land art. Es habitual, en sus obras, la voluntad de crear una huella efímera en la naturaleza, especialmente la traza provocada al caminar. Esta misma idea es la que ha trabajado en Pontevedra.
“Línea de Pontevedra” consiste en una línea recta de 37 metros de largo construida con 17 toneladas de granito blanco troceado.
El autor eligió su ubicación junto a un sendero natural creado por los propios paseantes al andar, como decíamos antes, una huella. Se utilizaba incluso cuando él estaba allí trabajando. El sendero no tenia luz ni estaba acondicionado. Éste último aspecto ha cambiado hoy en día, se ha reformado convirtiéndose en un camino secundario, supongo que para facilitar el acceso a la obra.
Sospecho que al artista no le seduce demasiado el que la obra sea empleada, hoy en día, como reclamo turístico. Este hecho, sin embargo, no desluce en modo alguno la esencia de su propuesta. Tal vez lo suyo sería que desapareciera con el tiempo, es verdad. Que terminara difuminada por la naturaleza, que pasara desapercibida como una obra de arte «privada» (tal y como el propio Long declaró en alguna ocasión). Ese sería el destino de la misma de cumplirse, al pie de la letra, la opinión del artista en cuanto a la conservación de su aportación. Su condición efímera habría de prevalecer, de ser este el caso. Pero lo cierto es que mucha de la gente que visita este parque lo hace buscando su obra, me incluyo entre ellos, pues no existen muchas ocasiones de contemplar una pieza de arte de Richard Long en nuestro país. Aunque no deja de ser tampoco una circunstancia inevitable que el tiempo, una herramienta más de las que suele servirse este autor, hará su trabajo, su parte de la obra. Siempre lo hace. Tarde o temprano la naturaleza nos demostrará lo efímera que es esa ”Línea de Pontevedra”. Podremos decir, al menos, que fuimos testigos de su paso mientras visitamos este vanguardista «jardín».
Revista Agaexar nº11 – Tercer trimestre 2018
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