La anécdota vale como excusa. En 1985, el actor Alec Guinness se paseó, junto al escritor Graham Greene, por distintos lugares de Galicia. Entre éstos, los jardines del monasterio de Oseira tuvieron desde luego un papel fundamental. Para el escritor no era ésta su primera visita al monasterio, pues de hecho fue él mismo quien en realidad propició el (re)encuentro. De sobra es conocida la afinidad que Greene, gran viajero, demostró por Galicia y muy especialmente por este monasterio cisterciense de ocho siglos de antigüedad. En él llegó a gozar el escritor inglés de largas jornadas de descanso y meditación en la década de los 70 y 80, junto con el padre Durán –amigo cercano a Greene hasta la muerte de éste en 1991-. Oseira terminó por inspirar diversos pasajes de la “actualización” de la figura del Quijote a la que Green dio forma en su Monsignor Quixote (obra publicada en 1982). De ahí que cuando, finalmente, cuajó el proyecto de realizar una adaptación de su novela, una TV Movie dirigida por Rodney Bennett cuyo papel protagonista correspondió al propio Guinness, Graham Green quiso que los exteriores del film fuesen en extremo fieles al espacio que a él le sirvió como fermento a su escritura. Es así como Greene alcanzó a cerrar noblemente el círculo de referencias que él mismo había puesto en marcha.

 

Alec Guinnes en uno de sus papeles más conocidos, el maestro Jedi Obi-Wan Kenobi, de la saga Star Wars.


 

El crítico y novelista gallego, Miguel Anxo Fernández, dio en su momento cuenta de algunos pormenores del rodaje en un artículo publicado en La Voz de Galicia el 24 de mayo de 1985 (si bien, aquí hemos extraído la cita del libro Crónica de cine. O Carballiño 1900-1994, un estudio del mismo autor):

 

“Graham Greene, fecundo y consagrado escritor, es todo cortesía. Su presencia aquí se debe a su amistad con Guinness y a la ocasión de volver a esta tierra que tanto le apasiona, ayudado por su inseparable padre Durán. Paseando su alta figura, noble y desgarbada, con la mirada cansada de hombre de vuelta de todo, atento al desarrollo del rodaje, prestando ayuda a cualquier consulta del director o dando algún consejo sobre tal o cual cosa de la escena a filmar en el interior de la majestuosa iglesia de Oseira…”

 

Graham Greene

 

Miguel Anxo Fernández daba a entender en su nota, acertadamente, que el hecho de que Greene acompañase al equipo de rodaje no se debía únicamente a la necesidad de cumplir escrupulosamente con su papel de “asesor” o “consultant” para la producción, sino que probablemente fuese su amistad con Alec Guinness lo que ayudó a que este regreso suyo a Oseira se cumpliese. Pero también la oportunidad que para él suponía el retornar a un lugar apreciado e, inclusive, el poder hallarse (al fin y al cabo) en el preciso lugar y momento en el que las palabras y las situaciones por él escritas habrían de volver de nuevo a los mismos espacios que las inspiraron.

 

 

Los actores principales de la adaptación de Monsignor Quixote, Alec Guinness (Padre Quijote ) y Leo McKern (Sancho Zancas).

 

A nosotros nos toca la función de desentramar, o desandar, de nuevo esa extraña circunstancia mediante la cual el arte digiere y se apropia de espacios reales. Pues nos corresponde, en cuanto lectores, espectadores y viajeros (tras la lectura de Monsignor Quixote o el visionado de la adaptación cinematográfica), cumplir con una última etapa mediante la cual comprobaremos el estado de lugares “afectados” (inevitable y afortunadamente) por la literatura de Graham Green. Esto lo permite visitar hoy los jardines del monasterio. E incluso, quien así lo desee -el tipo de fantasía es similar-, este mismo ejercicio es oportuno para quienes deseen recorrer Oseira teniendo en mente que ese mismo lugar fue también cruzado por el Obi-Wan Kenobi original. La cuestión es disfrutar de ese velado y desvelado de espacios cargados de historias en los que, además, la naturaleza termina por diluir y refundar cada argumento con su mística.

Aquí algunos fotogramas de la película:

 

 

 

 

 

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