Los espacios verdes urbanos pueden hacer alarde de su belleza mientras continúan siendo atrayentes para la fauna silvestre, independientemente de su tamaño y de su ubicación. Prueba de ello la tenemos a unos pocos metros de la Catedral de Santiago de Compostela, en la histórica Plaza de Fonseca.
Aquí os muestro cómo lucía de espectacular el jardín hace unas pocas semanas. Las imágenes fueron tomadas en un día lluvioso, lo que aumentaba el contraste del colorido de las plantas con la sobriedad de la piedra de las calles compostelanas (en concreto: Rúa do Franco y Rúa de Raíña) y del Pazo de Fonseca (sede actual de la Biblioteca Xeral de la Universidad). Hace unos meses, precisamente, os hablábamos del jardín de este pazo en el post Jardín del Pazo de Fonseca.
La vegetación de este jardín de estilo asilvestrado suaviza las formas geométricas de toda la plaza. También lo hace la fuente central; más allá de su disposición como eje visual del conjunto, arropa y matiza musicalmente nuestro paseo con el rumor del agua. La Plaza de Fonseca alcanza tal armonía con el espacio en donde se ubica que parece mostrarse, casi inesperadamente, como un pequeño vergel, lleno de vida, abierto en medio del omnipresente empedrado. Y digo lleno de vida no solamente por su vegetación, sino también por lo fácil que resulta descubrir allí, a pesar de la lluvia, insectos revoloteando por entre las flores.
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Sobre las plantas que viven en el jardín.
Como podéis observar en las imágenes, el jardín cuenta con una abundante variedad de plantas. Algunas destacan por su follaje y otras por su floración. Allí apreciamos, por ejemplo, la Ajuga Reptans ‘Rainbow Gold’, algunas begonias, Carex Oshimensis ‘Evergold’, Dryopteris sp., Lamium maculatum, Stipa tenuissima ‘Ponytails’, cóleos en diferentes variedades, heucheras o la Ipomea batata ‘Margarita’.
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También podéis ver en las fotografías su Dahlia ‘Mystic’, Erigeron karvinskianus y diferentes tipos de salvia.
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Sólo espero que este breve apunte (junto con las fotografías que lo acompañan) sirva para que comencéis a observar con mayor detenimiento las plantas que hay en pequeños jardines como éste. Merece la pena no dejar pasar nunca la oportunidad, por reducido que sea el espacio ajardinado a visitar. Descubriréis muchísimas plantas nuevas y los «habitantes» que viven (y se alimentan) entre ellas. Es más, tal y como me ocurre a mí, estoy segura de que muchos de vosotros ya contáis, entre vuestros espacios verdes favoritos, pequeñas joyas como esta del jardín de la Plaza de Fonseca. Rincones mínimos llenos de belleza que pasan desapercibidos para quien no sabe o no puede (porque no ha aprendido a hacerlo) apreciar su enorme valor.
Agradecimientos: Miguel Lois, Técnico del Servicio de Jardines (Ferrovial) en Compostela.
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