El Concurso-Exposición Internacional de la Camelia es la muestra más antigua de las muchas que se celebran en la actualidad aquí en Galicia. Constituye un punto de referencia para cultivadores y aficionados que acuden todos los años a participar o, simplemente, a disfrutar de las propuestas florales.

Os contamos como ha ido esta última edición y un poco de su historia:

Edición 2016 

Hemos visitado el recinto ferial de la exposición el domingo día 20, poco antes de la entrega de premios. La afluencia de público era abundante y se encontraban varios medios de comunicación cubriendo el evento. Allí se dieron cita 54 expositores y 27 ayuntamientos, en una edición organizada por la Diputación de Pontevedra en colaboración con la Sociedad Española de la Camelia (SEC).

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En primer lugar, la escenificación de la muestra nos ha parecido impecable. Se trataba de una especie de laberinto “amurallado” por paneles modulares, formado éste por bloques de cartón negro. En medio de ese gran pasillo que nos conducía a través de las distintas etapas de la exposición, las flores de camelia resaltaban notablemente.

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De la exhibición en sí, no sabríamos decir qué composición nos ha gustado más. Por suerte, no somos miembros de jurado alguno y de todas hemos disfrutado. El planteamiento de base, que tomaba como punto de partida “Los sentidos de la camelia”, aparecía en cada esquina del recorrido. Pudimos mirar, oler, tocar, y hasta degustar camelias (por ejemplo, con las ricas mermeladas de Elena Español).

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Para que los niños se acercasen a la camelia, además de la propia exposición, existían otras propuestas paralelas como un cuentacuentos. Y es que el arco de edades de los visitantes era tremendamente amplio, algo que se vio reflejado entre los premiados.

Es maravilloso encontrar a cientos de personas admirando las múltiples variedades de esta flor protagonista, pero sobre todo, es gratificante el cuidado y esmero con el que los cultivadores ofrecieron su trabajo al público. Sin duda, el Concurso-Exposición Internacional de la Camelia contribuye a popularizar el cultivo de esta flor, impulsando su comercialización y difusión en Galicia, pero es tan importante esto, desde nuestro punto de vista, como el hecho de que allí se genera un extraordinario punto de encuentro para todos los amantes de la camelia (y de la jardinería en general, evidentemente).

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Estos han sido los 21 premiados de la 52 edición:

  • El premio Camelia de Oro, al mejor y más variado conjunto de flores presentado por un único expositor, ha sido otorgado a Manuela Couso Ares.
  • El premio Antonio Odriozola, a la mejor flor individual correctamente identificada, ha sido concedido a  Eusebio López Redondo.
  • El premio especial de la Sociedad Española de la Camelia correspondió al lote de Clara Abalo.
  • El primer premio a la mejor composición artística fue para Lelita Gradín y el segundo para José Freire.
  • El premio a la modalidad de Camellia reticulata de cualquier color o variación fue, en primer lugar, para Rosa y Jaime Escofet, seguidos de Edmundo Novoa y Fernando Vila.
  • El premio a los híbridos de camelia le fue concedido a Leonor Magariños. Los siguientes galardones correspondieron a Ana Calo y Carmen Corral.
  • En la modalidad de japónica blanca el primer premio fue para Pilar Bargiela. El segundo recayó en Ana Calo.
  • En japónica rosada o de otros colores, Fernando Dacosta consiguió el primer premio, seguido de Abelardo Barcala.
  • El primer premio para japónica roja ha sido concedido a Carmen Costas y el segundo a Carlos Comendador.
  • En japónica jaspeada o variegada la primera posición correspondió a Elena Valcárcel, y la segunda a Abelardo Barcala.
  • El premio a otras especies de camelia correspondió a Eusebio López Redondo, seguido de Carlos Comendador.
  • El premio a la trayectoria recayó en Carmen Salinero, presidenta de la Sociedad Española de la Camelia.

 

Evolución de la exposición hasta hoy

El primer «Concurso Exposición Nacional de la Camelia» nació en la ciudad de Pontevedra, en el año 1965, en los Salones de la Diputación Provincial. El acto fue organizado por la Comisión Provincial de Información, Turismo y Educación Popular del Gobierno Civil y contó con la colaboración de la Diputación de Pontevedra y de varios ayuntamientos de la provincia. Se presentaron a este primer concurso un total de 140 conjuntos de flores, pertenecientes a 40 participantes, tanto españoles como portugueses. El premio más importante, el de la «Camelia de Oro», valoraba el mejor conjunto de flores, independientemente de la variedad. Las otras modalidades de premios fueron al mejor conjunto de camelias blancas, rojas, rosas, atigradas, mejor conjunto artístico, y camelia de olor.

Al año siguiente el II certamen se convirtió en «Exposición Internacional de la Camelia» y se celebró en la ciudad de Vigo, continuándose en 1967 en Vilagarcía de Arousa (Pontevedra). Desde entonces y hasta la actualidad, el certamen ha rotado cada año entre estas tres ciudades de las Rías Baixas.

Aunque el certamen mantiene la estructura y concepto inicial, a lo largo de su historia se han producido ligeras modificaciones en cuanto al tipo de premios:

  • En 1974 y a lo largo de varios concursos se otorgaron los premios de camelia de oro, plata y bronce para homenajear a los expositores más destacados en concursos anteriores, siendo estos premios entregados ese año a Lesli Rigall «Camelia de Oro”, a Mercedes Pita Mon la «Camelia de Plata» y a Elena Zulueta la «Camelia de Bronce».
  • El año 1978 se caracterizó por dos innovaciones curiosas, un premio de árboles «in situ» que se otorgó a Torres Agrelo y un premio de nuevas plantaciones que obtuvo la Finca Vista Alegre.
  • En 1980, se da un premio a la presentación científica a Robert Gimson por ser la primera vez que se presentan las camelias con letreros identificativos de la variedad, y en 1995, la marca Chanel concedió un premio a la mejor camelia blanca a Mercedes Fonterosa.
  • En el año 1988 se incorporó el premio Antonio Odriozola para honrar la memoria de este pontevedrés que realizó una gran labor para la difusión de la camelia y fue durante años el impulsor del concurso. En su primer año este premio fue entregado a Margaret Gimson por la mejor flor identificada con el nombre del cultivar. A partir de entonces y durante algunos años no consecutivos el premio fue concedido individualmente o en conjunto con la camelia de Oro (Camelia de Oro «Antonio Odiozola»). Desde 2004 se da a la flor -identificada botánicamente- que mejores características presenta de entre las que optan expresamente a ese premio.
  • A partir de 2004, se otorga el premio de la Sociedad Española de la Camelia al concursante más destacado entre los que participan por primera vez.

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