Un jardín puede entenderse como una extensión de la casa, y tratarlo, en su diseño, como si de una habitación exterior se tratara. Esta es una de las claves, a mí entender, para que resulte acogedor.
Si pensamos en los jardines privados, no tiene porque ser difícil tratar esta cuestión, pues la casa en sí suele estar ahí y no es difícil la asociación. Pero si hablamos de los jardines públicos ya se hace un poco más complicado, pues suelen ser lugares muy abiertos, y frecuentemente, puntos de encuentro para celebraciones, actividades de los vecinos… Salvo en determinados rincones y momentos del día, no siempre son propicios para ofrecer “recogimiento” al visitante.
El de San Carlos es uno de esos jardines en que sí se puede hablar de habitación exterior, pero además, casi literalmente (más que una extensión de la casa, parece que no se hubiera salido de ella). Sin duda, uno de sus elementos clave es el encontrarse delimitado, en parte, por la fachada del Archivo del Reino de Galicia, y por otro lado, por la muralla de piedra, esta última con forma circular y de gran altura, que lo aísla aún más de su entorno- de hecho nació como fortaleza en el s. XIV-. Sus únicos puntos de unión con el exterior son las dos puertas por las que se accede a él (una desde la calle San Carlos y otra, la principal, desde la Calle de San Francisco) y dos ventanas con vistas a la ría de A Coruña que forman un maravilloso mirador concebido por José M. Noya en 1862.
El resultado de todo este conjunto se aproxima al de un gran patio interior ajardinado, con una especie vegetal incluida en el Catálogo de Árboles Sigulares de Galicia, que predomina sobre el resto: Ulmus x hollandica Mill, el olmo. Sus ejemplares, ya centenarios, bordean el muro de piedra por su interior y dan techo, con sus hojas, a este bello retiro de la Ciudad Vieja, junto a la Dársena y frente al Museo y Hospital Militares.
En su centro, la tumba del general Sir John Moore, desde la que se organizan setos de boj y aligustre (junto a otras plantas de distintos tipos) y los caminos que cruzan el espacio.
El jardín y sus murallas están declarados como Bien de Interés Cultural.
Si deseáis visitarlo podéis hacerlo en horario de 08:00 a 20:00 (hasta las 21:00 en verano). Su visita es gratuita.
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Revista AGAEXAR-Junio 2016