Sabemos de los beneficios de la jardinería en los niños, pero no siempre es fácil introducirlos en las actividades de la huerta o el jardín. Por eso, volvemos a recurrir a los expertos de la Royal Horticulture Society para encontrar consejos sobre cómo iniciar a los niños en este maravilloso arte.

Para ellos, son 4 los puntos clave para tal fin, basados en la utilización de plantas que les resulten interesantes a los pequeños y los inspiren. Nosotros, como siempre, los hemos puesto en práctica para comprobar su eficacia, aunque viniendo de tal organización (me suna mal lo de «aunque viniendo de tal…» yo eso lo quitaria todo y lo dejaba en «eficacia»), el éxito está garantizado.

 

1. Flores fáciles de cultivar.

 

Debemos empezar por plantas de fácil cultivo, preferiblemente, con flores llamativas: girasoles, caléndulas, amapolas… o bien semillas de árboles grandes como el roble.

El año pasado sembramos girasoles y funcionaron muy bien (sobre todo por las pipas que nos comimos después ;)), pero como eran demasiado pequeñas este año hemos decidido cambiarlos por maíz para palomitas. También hemos probado con las caléndulas y amapolas californianas, ambas muy fáciles de cultivar. Aunque las segundas son muy alegres en el jardín, creo que la caléndula es una planta muy interesante para ellos y de la que pueden aprender muchas más cosas. No sólo es beneficiosa para el huerto, también para nuestra piel, por ejemplo, utilizándola en la preparación de jabones y aceites.

 

 

2. Plantas sensoriales.

 

Una planta sensorial estimula no sólo la vista, también el gusto, el olfato y el tacto. La RHS nos aconseja especialmente Stachys byzantinau oreja de liebreHelichrysum italicum o curry,  Melissa officinalis o melisa Cosmos atrosanguineus, conocido como flor de chocolate.

Volviendo a nuestro caso, hemos creado en nuestro jardín una zona específicamente destinada a plantas aromáticas y medicinales. Melisa, cilantro, manzanilla, orégano, tomillo, menta, tulbaghia, cebollino, equinácea, artemisa… son algunas de ellas. De vez en cuando animamos a los niños a olerlas y diferenciarlas. También a recogerlas para usar en infusiones. Siempre sin insistir demasiado. En ocasiones es más provechoso que simplemente jueguen allí, porque al correr rozan las plantas y éstas desprenden su olor. Ese recuerdo de su fragancia puede calar más en ellos que cualquier otra explicación.

 

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3. Plantas comestibles.

 

Una buena opción para el huerto-jardín de nuestros hijos sería sembrar plantas comestibles rápidas y sabrosas: rábanos, lechugas, calabacines, judías verdes…

En mi opinión, cualquier tipo de hortaliza es perfecta para iniciar  a los niños en la jardinería. Pero por nuestra experiencia sabemos que funcionan mucho mejor aquellas que les gusta comer y que crecen rápido. Estarán deseando llevárselas a la boca!

Con el tiempo querrán probar cosas nuevas, pero para empezar, recomendamos que sean de cultivo fácil y muy apetitosas. Entre nuestras favoritas están la lechuga, los puerros y por supuesto, las fresas.

 

 

4. Flores comestibles.

 

Una de las flores comestibles recomendada es la capuchina (Tropaeolum majus). Se trata de una planta magnífica para el huerto ecológico y de la que se puede aprovechar todo. Las hojas y los tallos pueden consumirse en ensalada. También pueden comerse sus flores y semillas. Hace unas semanas las hemos sembrado en los semilleros. Ya hemos pasado un par de ellas a la huerta. Aún tendremos que esperar un tiempo a que florezcan.

Una flor que sí hemos probado otros años y que les ha llamado muchísimo la atención a los niños es la de las calabazas: recién recogidas, las rebozamos en tempura.. les encanta!

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Me atrevería a añadir un punto más, este ya personal, también referido a plantas fáciles de cultivar pero raras por alguna de sus características. Os pongo un ejemplo: recientemente hemos comprado una planta carnívoraDyonaea muscipula, de la que os hablamos hace unos días). Niños y mayores nos acercamos a diario a contemplar esta pequeña planta para comprobar si ha comido.

 

Si empezáis poco a poco con estos consejos, lograreis iniciar a los niños en la jardinería. Pero no olvidéis que quizás, lo más importante, es el ejemplo que los adultos les podemos dar, así que empecemos por nuestros propios cultivos. Y ya para terminar, si podemos acompañar toda esta actividad con cuentos estacionales (un buen ejemplo es A horta de Simón), será mucho más fácil.

 

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