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«Punto un: O bo paseante sae a pasear cando lle peta. Punto dous:O bo paseante nunca ten présa…»

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Una vez más, de la mano de Kalandraka, os traemos uno de esos «caramelos» literarios de lectura muy recomendable y en varios idiomas ( nuestro ejemplar, del que os mostramos algunas imágenes aquí, está traducido al gallego por Xosé Ballesteros).

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«Manual do bo paseante»  es un pequeño libro, escrito por Raimon Juventeny, que nos regala veinte puntos indispensables para llegar a ser un auténtico paseante… algo que -como los buenos paseantes saben bien- no se logra de cualquier modo. Consiste en una sencilla guía que nos invita, ya desde su prólogo -escrito por Carl Honoré– a sumergirnos en el movimiento slow.

Y os preguntaréis, ¿qué es eso del movimiento slow? Se trata de una corriente cultural que nos sugiere -resumiendo su ideario- conectar de nuevo con el medio natural desacelerando la actividad general de nuestra sociedad (comida rápida, tecnología.. ), recuperando con ello, curiosamente,  la socialización y recuperando también, cómo no, el paseo. El objetivo: controlarnos a nosotros mismos y adueñarnos de nuevo de nuestra existencia.

Si habéis leído ya «Manual do bo paseante» entenderéis que los consejos propuestos por el autor para el paseo se pueden aplicar, en general, a la propia vida de cada uno de nosotros, algo que encaja a la perfección con este movimiento.

Una nota muy interesante sobre el libro, al margen de su calidad literaria, es que las editoriales Pol·Len Edicions, Pamiela Etxea y Kalandraka Editora han colaborado para hacer posible la publicación del “Manual del buen paseante” con criterios de ecoedición. Así han conseguido minimizar el impacto ambiental de su realización, esto nos alegra de manera especial. Es un plus del que puede enorgullecerse hasta el propio lector.

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También quisiera hablaros de una apreciación personal: En cuanto leí las primeras palabras del libro y, sobre todo, al descubrir sus ilustraciones, pensé de inmediato en la figura de Jacques Tati. Vi representada su imagen a lo largo de libro. Desconozco si Juventeny se ha inspirado en ese personaje  tan popular del cine francés, Monsieur Hulot, creado por Tati, o el parecido es simplemente una casualidad. Supongo que esto que os sugiero, en cualquier caso, tampoco es algo descabellado. El espíritu de un personaje como M. Hulot habla de un tipo de seres humanos que, por fortuna, es posible todavía encontrar en nuestros días. Ilustra un modo de «pasear por la vida» que necesita detenerse y disfrutar los detalles mínimos, descubrir lo fascinante como a través de los ojos de un niño…

Para terminar, un consejo que comparto con Carl Honoré: «lede o texto, gozade das súas ilustracións e, despois, saíde a dar un longo e agradable paseo».

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