No es la primera vez que lo pongo en práctica, de hecho es una rutina que me ayuda a relajarme y a cargar las pilas: 15 minutos al día de Vitamina N (como mínimo) cura todos los males. Comparto aquí algunas ideas -para hacer individualmente o en familia- que ojalá os sirvan tanto como a mí para sobrellevar los momentos de bajón, especialmente durante estos días.
Observación
Desde la ventana, desde el patio trasero de casa, desde el balcón, o para los que tienen más suerte, desde el jardín, podemos convertirnos en observadores del paisaje, deteniéndonos en aquellos detalles de la naturaleza que quizás, en otro momento, pasarían inadvertidos para nosotros: las nubes, los hierbajos que crecen entre las tejas de la casa del vecino, las plantas de los alfeizares del edificio, los pájaros… Descubriremos otro tipo de biodiversidad, esa que nos es más cercana y con la que convivimos a diario.
Mirad a vuestro alrededor, explorad (aunque solo con la vista) los espacios que creíais conocidos. Y si os véis más animados, podéis ir un poco más allá: acompañad estas observaciones con dibujos, escritos de diarios o incluso fotografías. Haced un test de biodiversidad (un inventario de plantas, insectos, aves… ayudados o no por una buena guía) o cartografiad las especies vegetales de casa y las del vecindario.
Comprobaremos que la vida sigue su curso aunque nosotros estemos parados (y precisamente gracias a ello, algunos espacios de nuestras ciudades reverdecen como nunca).
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AJARDINAR
Pulverizar, fertilizar, eliminar las partes secas, limpiar el polvo de sus hojas… en definitiva, ajardinar. Por ejemplo, hoy mismo he repasado mis orquídeas en busca de nuevas flores y he comprobado que la tierra de mis plantas de interior está en su estado óptimo de humedad (he regado las que lo necesitaban). Una acción muy simple pero eficaz.
Y no solo ser constantes en el mantenimiento de nuestras plantas, también podemos arriesgarnos con experimentos de germinación de todo todo tipo de semillas y en recipientes improvisados como botes de cristal reciclados o envases de yogur. Muchas de nuestras plantas se reproducen muy fácilmente, ¿por qué no probar? Nosotros ya lo hemos hecho con la sansevieria, el potus, la cinta o la costilla de Adán.
Si sois de los que ya ponéis en práctica estos consejos, os animo a continuar. A aquellos que todavía no habéis probado, una vez que empecéis no podréis parar.
Nota:
Algunas de estas ideas podéis encontrarlas en un libro que ya hemos recomendado en nuestra web: Vitamina N.Guía esencial para una vida rica en naturaleza.