La camelia es uno de los arbustos ornamentales más abundantes en Galicia y, sin lugar a dudas, uno de los más apreciados por los aficionados a la jardinería. Ya sea en jardines históricos, en distintos espacios públicos de nuestras ciudades (plazas, alamedas…) o en jardines privados de mayor o menor relevancia, la flor de la camelia se extiende ampliamente por nuestra comunidad, matizando con sus colores los meses de otoño e invierno.
En la actualidad, la camelia se ha consolidado además como un reclamo turístico fundamental para Galicia (en buena medida, gracias a la Ruta de la Camelia, de la que os hablaremos en breve), pero también como un objeto de estudio e investigación, lo que ha diversificado los innumerables beneficios que de ella obtenemos.
¿De dónde procede la camelia?
La camelia (del latín camellia, nombrada por Linneo en honor a G.J Kamel) es un arbusto originario de Asia oriental, de las regiones subtropicales de China, Japón, Indochina y las islas próximas, en bosques de clima templado.
Se cree que fue introducida en occidente por navegantes, comerciantes y misioneros europeos, probablemente portugueses o españoles, entre los siglos XVI y XVII.
En Galicia, la camelia habría llegado a través de familias nobles poseedoras de jardines en sus pazos. Éstas adquirían la planta directamente desde Japón o desde algunos viveros de Europa. Un ejemplo imprescindible es el del vivero portugués de José Marques Loureiro, que contribuyó enormemente a la expansión de la camelia por nuestra comunidad. Desde su inauguración, en 1849, este vivero abasteció de manera directa o indirecta (a través de la Escuela de Agricultura de A Caeira, fundada en 1873) a muchos de los jardines que hoy pertenecen a la Ruta de la Camelia, como por ejemplo los de Quiñones de León, Rubianes o Lourizán.
Curiosamente, algunos de estos ejemplares que en su momento pertenecieron al vivero de Marques Loureiro, se hallan todavía hoy en nuestros jardines: el Pazo de Oca posee un ejemplar de camelia que puede ser considerada como la más antigua de Europa, Camellia reticulata ‘Captain Rawes’, que alcanza los 12 m de altura (mientras que esta especie apenas suele alcanzar los 8m) y se encuentra recogido en el Catálogo de árboles singulares de Galicia.
Ya en el S. XX, la camelia comienza a no ser exclusiva de la jardinería “pacega” de Galicia, su empleo se extiende considerablemente. En ello ha influido, claro, la inmejorable adaptación a nuestro clima que demuestra.
En cualquier caso, es indudable que el número de aficionados y productores de esta planta se ha ido multiplicando con el paso de los años, tanto que se hizo necesaria la creación de la Sociedad Española de la Camelia, un factor decisivo en el éxito actual de este producto en Galicia.
En la actualidad
En Galicia es posible encontrar cuatro especies principales de camelia: Camellia Japonica, Camellia reticulata, Camellia sasanqua y Camellia sinensis, además de distintos híbridos (resultado del cruzamiento de dos especies), variegaciones (se produce una alteración en el color o forma de la flor de manera espontánea) o sports (voluntariamente se propaga una modificación de la planta que en un principio sucedió de manera natural).
Somos de los mayores productores europeos de camelia. Desde nuestros viveros se vende este arbusto a gran parte de Europa. Pero hemos de aclarar que tanto su empleo actual como su comercialización no sólo se concentran en su función ornamental. Muchas de sus especies están siendo estudiadas para la producción de:
- Aceites (Camellia oleífera), enfocados para su empleo en cosmética o cocina.
- Té (Camellia sinensis).
La Estación Fitopatolóxica do Areeiro, centro de investigación agrario y forestal dependiente de la Diputación de Pontevedra, está llevando a cabo importantes investigaciones a este respecto.
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NOTA: La información que aquí os hemos ofrecido está basada en los documentos que la Estación Fitopatolóxica do Areeiro y la Sociedad de la Camelia muestran en sus respectivas páginas web. Si deseáis ampliar información sobre todo esto: