Visitar Mondariz-Balneario es como viajar en el tiempo. Sus edificios históricos conservan la nobleza y glamour de principios de siglo XX. Repasamos juntos la historia de este magnífico lugar. Especialmente, de sus jardines.

 

 

 

Historia del Gran Balneario.

D. Sabino Enrique Peinador Vela fue el responsable de la promoción de las aguas termales y de la construcción, en el barrio de Troncoso, del Gran Balneario. Originalmente existía sólo la Casa de Baños, donde además se embotellaba agua. Pero a finales de los años 80 de s. XIX la demanda de hospedaje aumentó hasta tal punto que se decidió construir una obra mayor. Este nuevo edificio fue creciendo paulatinamente hasta que en 1898 se inauguró el Gran Hotel, obra de Jenaro de la Fuente.

 

 

A éste se le añadirían más tarde varias edificaciones anexas diseñadas por el popular arquitecto Antonio Palacios: el edificio de la Varanda, el Sanatorio y la Fuente de Gándara junto con la primitiva planta embotelladora. Jardín y bosque servirían como nexo de unión entre todas las edificaciones. El conjunto se convertiría en el centro social, político y cultural internacional de la época.  Su poder y esplendor sería tal que en 1923 se independizaría de Mondarizconvirtiéndose en el ayuntamiento más pequeño de Galicia, Mondariz Balneario.

 

 

Con la Guerra Civil de 1936 comenzó un declive del hotel cuya etapa de mayor depresión vino marcada, en 1973, por un gran incendio que culminó su ruina. Justo en ese momento se realizaban en él una serie de obras de restauración para su reapertura en los meses de verano de aquel año.

 

 

A principios del s. XXI se elaboró un plan de reconstrucción del balneario. En la actualidad, Mondariz-Balneario recupera el prestigio de otras épocas y ha vuelto a convertirse en una villa termal de referencia.

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Los jardines

A medida que crecía el número de las edificaciones, también lo hacían sus jardines y paseos.

La finca, propiedad de los Peinador contaba con un amplio jardín diseñado por el  jardinero francés Darier: detrás del Gran Hotel existía una huerta de abundantes hortalizas atravesada por paseos, algunos cubiertos de parras. En un extremo, el invernadero. La fachada principal daba a un parque con bancos rústicos, avenidas de grandes tilos, catalpas, arces y acacias junto con arbustos y plantas exóticas. 

 

 

Entre el parque y la huerta, al este del Gran Hotel se hallaba el bosque, compuesto principalmente por antiguos robles acompañados de acacias, eucaliptos, ailantos, plátanos, así como otros árboles frutales. Ascendía por una colina de paseos y plazoletas con surtidores. En esa zona de la propiedad se encontraban los chalets números 3 y 4, hoy en ruinas. También la capilla. Comunicaban el parque y el bosque una escalinata que data del año 1920 diseñada por el escultor Coullaut Valera, autor también del templete que se construyó en el centro del parque.

 

 

La función principal de este espacio verde era la del recreo y disfrute de los huéspedes del balneario.Todo un lujo para la contemplación y el paseo colmado por numerosos elementos de decoración como los citados bancos, fuentes, y varias piezas de origen románico pertenecientes a iglesias de la zona, como la de Padróns, Casteláns o Riofrío y  zonas de juegos de crockey y el lawn-tennis, por los que los agüistas tenían que pagar una pequeña tarifa.

 

 

La oferta verde del Gran Balneario se complementaba con la granja agrícola y de recreo de los Srs. Peinador, en el lugar de Sanmil (parroquia de Pías, Ponteareas), que actuaba como un anexo al establecimiento. Ambas propiedades, que se encontraban a dos kilómetros de distancia, se unían mediante un camino cómodo y pintoresco, bordeado de cepas y rosalesEn el lugar se realizaban múltiples actividades, entre ellas, el cultivo de árboles frutales, plantas y flores, y en relación con los mismos, lecciones teóricas y prácticas.

Actualmente, en los jardines de Mondariz Balneario, todavía se conservan árboles de grandes dimensiones en el jardín, los restos del invernadero, la escalinata y algunas de las ruinas barrocas, lo que nos permite comprobar la grandeza del jardín que un día hubo allí. Esta sensación se ve intensificada por las fachadas abandonadas de un par de chalets (el número 3 y el número 4) y las bañeras, también en ruinas, que subrayan el estilo romántico del jardín.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Lamentablemente, de toda la propiedad, fueron los jardines los únicos que restaron sin figura legal de protección. De ahí que a lo largo de los últimos años el ayuntamiento de Mondariz Balneario intentara recalificar los terrenos y edificar parte de los mismos. Por este motivo, los vecinos del pueblo se unieron en la  plataforma vecinal ‘SOS Xardíns de Mondariz Balneario, oponiéndose a tal aberración. Lo lograron, cosa de la que nos alegramos inmensamente.

Actualmente se están realizando obras en el jardín. Hemos leído en la prensa que el ayuntamiento ha decidido acondicionarlo, recuperando al mismo tiempo la lavandería y el invernadero. Esperamos que estas acciones devuelvan una parte del esplendor perdido al lugar, y que además de la notoriedad de su Balneario, este lugar vuelva a ser reconocido por sus preciosos e históricos jardines. ¡Volveremos para enseñaros el resultado!

 

 

 

Postales de época: todocoleccion.net
Imagen ruinas balneario: vivirgaliciaturismo.com

Referencias históricas del texto:
Tesis doctoral «Historia del Balneario de Mondariz hasta 1936», de María Jesús del Castillo Campos (1992).
mondarizbalneario.es

 

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